Ayer, 52 años después, el Alto Tribunal de USA pone las cosas en su sitio, demuestra que Fraga mintió-también lo hizo el embajador norteamericano- y concede a los soldados que
trataron de limpiar aquella playa maldita su derecho a que los veteranos que han desarrollado enfermedades tras estar expuestos a la radiación ionizante mientras
limpiaban el desastres tras la caída de cuatro bombas nucleares en Palomares (Cuevas de Almanzora, 1966) tienen todo el derecho que les
otorga su estado para demandar por beneficios por discapacidad por sus enfermedades.
Fuente: Diario 16